Se ha demostrado que nuestro modelo sí funciona en Guatemala rural y a nivel mundial podría se replicado en otras comunidades rurales. Asegurando que los niños crezcan saludables, nutrido, y alfabetizados.Inicios con el empoderamiento de las mujeres para canalizar cambios en sus familias y comunidades. De esta manera:
Inicialmente una escuela/comunidad envía por escrito una solicitud para trabajar con Mil Milagros, la que se agrega a nuestra lista de espera. Nuestro equipo de trabajo conduce un asesoramiento para determinar las necesidades, capacidad de liderazgo y compromiso, programas existentes, fortalezas de comunidades y la infraestructura disponible.
Un vez la escuela/comunidad es seleccionada con el potencial para asociarse a Mil Milagros, dedicamos varios meses para establecer confianza y compromiso mutuos. Padres, maestros, líderes comunitarios y estudiantes participan en reuniones para compartir y discutir las metas y valores. Entonces, redactamos cartas de compromisos, y representantes de cada grupo participante al igual que las autoridades municipales, las firman en un acto público de inauguración.
En comunidades donde la mujeres raras veces tienen la oportunidad de liderar o trabajar fuera de sus hogares, madres y abuelas son elegidas por sus vecinos/as para servir en la junta de directores locales de Mil Milagros. Nosotros capacitamos a los miembros de la junta en liderazgo, trabajo en equipo, nutrición. Salud e higiene para que puedan liderar a sus propias familias, vecinos, y a niños en sus escuelas para así, desarrollar comunidades saludables.
Municipalidades locales proveen el liderazgo y recursos necesarios para desarrollar una base sostenible para el progreso de sus comunidades. Nos encargamos de conducir reuniones mensuales con lideres municipales locales para asesorar progreso y asegurar la voluntad política y la capacidad para implementar los programas con éxito.
En la región donde Mil Milagros trabaja, más del 70% de niños menores de cinco años sufren de desnutrición crónica. Esto provoca en los niños el riesgo de problemas crónicos de aprendizaje y enfermedades. Proveemos a las madres y su niños en las edades de 0-5, vitaminas esenciales y suplementos nutritivos para prevenir la desnutrición y atrofia de crecimiento. Ellas adquieren conocimientos en nutrición, salud e higiene, crianza, y desarrollo infantil. Los niños en alto riego de desnutrición son referidos para una intervención intensiva.
A madres y abuelas voluntarias se les ofrece capacitación y recursos para alimentar saludablemente a los niños en las escuelas. Los niños traen a la escuela sus propios utensilios y también leña para las estufas de las escuelas. Ellos consumen comidas y refacciones nutritivas preparadas diariamente por sus madres y abuelas.
Los niños reciben suministros de higiene y tienen acceso a beber agua potable en sus escuelas. Los maestros dentro de sus aulas establecen rincones de aseo para promover la higiene saludable. Los estudiantes miembros del comité escolar son capacitados para enseñarles a sus compañero/as la importancia de ingerir alimentos saludables y de practicar buena higiene para prevenir enfermedades. Madres voluntarias ofrecen talleres en las escuelas apoyando la higiene. Los niños Los niños ponen en práctica hábitos saludables en la escuela y en sus casas.
En la regiones rurales de Guatemala, en las escuelas primarias la tasa de graduación es del 51%. Al proveer alimentos en las escuelas a los niños, asisten diariamente a la escuela, permanecen, y 95% se gradúan del sexto grado y continúan estudios secundarios.
Guatemala presenta el más bajo índice de alfabetización en el hemisferio occidental. Escuelas en las comunidades rurales frecuentemente carecen de libros y de capacitación profesional a los maestros. Nosotros proveemos libros a nuestras escuelas asociadas, y facilitamos formación al personal docente y actividades demostrativas por un experto en lectoescritura. Los niños se gradúan de sexto grado alfabetizados, saludables, y preparados para continuar su educación académica.
Establecemos alianzas estratégicas con otras organizaciones sin fines de lucro para atender aquellas necesidades apremiantes de la comunidad incluyendo salud y cuidado dental, construcción de escuelas, casas y acceso a agua potable.
Rigurosamente evaluamos nuestro progreso e impacto. Documentamos el peso y estatura de cada niño, asistencia escolar, y progreso en la lectoescritura. Observamos el aprendizaje en las madres y efectuamos visitas a los hogares para evaluar si ellas están poniendo en práctica el nuevo conocimiento y destrezas adquiridas. Conozca más en detalle nuestro impacto.
Padres, docentes, y estudiantes participan dos veces al año en grupos de enfoque para asesorar lo que está funcionando bien y lo que necesita mejorar. La comunidad evalúa el progreso alineado a nuestras metas compartidas y comprobar si cada grupo participante ha llevado a cabo sus compromisos. Ellos celebran sus éxitos e identifican estrategias para realizar mejoras en el siguiente año.