Conozcan a Marvin

Marvin ha laborado como maestro por 13 años, y ahora has sido nombrado director en la escuela Los Planes. Recientemente la necesidad ha obligado a muchos de los padres de sus estudiantes a trabajar en EEUU.

No se puede ubicar a Los Planes, una aldea pequeña en el altiplano de Guatemala, en los mapas de Google. Entre los varios kilómetros de bosque se encuentran las milpas, que cambian de colores con las varias temporadas. Durante la temporada de lluvia, ellas están verdes. Durante la cosecha, amarillas y durante la temporada seca, están de polvo. La gente de esta comunidad tiene una expresión especial que se aplica durante la temporada seca cuando uno camina - enpolverarse.

En esta comunidad agraria, la temporada seca y polvorosa se ha extendido más en los últimos años. Las cosechas se debilitan por las sequías, lo que fuerza a muchos padres salir para los Estados Unidos en búsqueda del trabajo. Marvin, el director de la escuela primaria en los Planes, comenta que cuando los padres emigran a los Estados, ellos también dejan a sus niños en el cuidado de sus abuelos o tíos y ellos ya los están criando. Esos niños pequeños, que pueden tener cuatro o cinco años y que están empezando a aprender sus letras y números, también aprenden a vivir sin sus padres.

Para ser maestro en Guatemala rural significa que es necesario trabajar con escasos recursos y poca capacitación. Los gastos de educación primaria en Guatemala se quedan en el percentil 17 del PBI en el mundo. Para la educación secundaría se queda el percentil 0 (UNESCO). Muchas veces, los profesores están en huelga y  ellos manifiestan contra los sueldos bajos y los pocos recursos para realizar sus trabajos.

Más y más, los maestros en Guatemala rural también asumen el papel de ser padre o madre para muchos niños. “Nuestro trabajo como maestros se ha convertido más y más difícil porque tantos padres se han ido a los EE.UU.” explica Marvin. “Nosotros no podemos hacer mucho porque no podemos avisar a los padres de lo que deben y no deben hacer. Cada familia tiene su propio caso. Pero podemos apoyar a sus hijos para que no se sientan abandonados.”

Marvin ha trabajado en la escuela de Los Planes por 12 años. Empezó como maestro y ya es el administrador. Ha seguido las huellas de los otros profesores también. “Mi papá era maestro, mi tío también. Siempre sabía que yo quería ser uno, desde que yo era pequeño.” Es obvio que Marvin tiene una buena conexión con sus estudiantes. Presentándose entre una figura autoritaria y un amigo de confianza, Marvin frecuentemente platica con los estudiantes para ver cómo están. Conoce cada situación familiar de los inscritos en la escuela de 200 niños, un logro impresionante para un administrador. Él es muy sensible a las necesidades de cada niño, especialmente cuando uno se siente triste. Marvin se reúne con los profesores para averiguar estrategias de apoyar a los niños que tienen padres en los EE.UU. “Yo tenía a algunos profesores grandes cuando yo era pequeño. Yo quiero seguir su ejemplo.”

Marvin asegura que sus estudiantes son sanos, nutridos y buenos lectores. Durante la alianza de tres años con Mil Milagros, él ha involucrado a la comunidad para implementar la programación de nutrición, salud e higiene y educación. La comunidad de Los Planes se ha comprometido a la escuela. “La solidaridad, creo, es la fortaleza más grande de la comunidad. Ahorita todos apoyan a la escuela,” él dice. “El COCODE, los tíos y también los abuelos ya apoyan a la escuela.”

“Desde que empezamos a trabajar con Mil Milagros, he visto muchos cambios grandes en los niños. Se han desarrollado hábitos sanos. La mayoría de los niños van a la pila para lavarse las manos justo cuando llegan a la escuela.” 

Estos pequeños cambios se han hecho la gran diferencia para los niños en las comunidades rurales que, en muchos casos, no tienen acceso al agua y 98% del agua disponible está contaminada. Los materiales y educación de higiene de Mil Milagros son cruciales, especialmente porque muchas familias no pueden pagar para los esenciales, incluso el jabón y el papel higiénico.

“Antes, cuando no tenían los hábitos de higiene, los niños se enfermaban. No podían irse a la escuela porque estaban enfermos o mareados o tienen dolores de cabeza y diarrea. Pero ahora, no se enferman tanto y no se pierden tiempo en la escuela.”

Marvin espera que esas esfuerzas permitan que más niños se gradúan del sexto primaria, que se vayan al colegio y después, la universidad. “Las familias ya están empezando a invertir más en la educación de sus niños porque han visto su valor. Si tiene una educación más que el sexto grado, se puede obtener un buen trabajo aquí en Guatemala y no es necesario irse a los Estados Unidos.”